JUNIO 2023. INICIO. Alma
Teresa es una mujer de mundo, dedicada en cuerpo y alma a las
empresas de su padre, el millonario Ernesto Loaiza, el cual se ha
envuelto en malos manejos pues ha seguido los consejos Damián
Montalvo, un abogado ambicioso pero sin visión, que está
comprometido con su hija, pero tiene como amante a Amanda Carranza,
una de las ejecutivas de la compañía, situación que ha hecho que
el empresario quede en banca rota, pues su socios le dan la espalda.
Alma Teresa ignora todo esto y Damián la presiona para que se casen,
hasta que un día ella, junto con su tía Isabel, se entera por los
medios de comunicación de que su padre se ha endeudado y podría ir
a la cárcel. Esta situación provoca la muerte del hombre, llenando
de dolor a la hija, la cual se refugia en Damián, que le promete que
se mantendrá a su lado y la acompaña en su dolor. Aconsejado por
Amanda, él propone que cancelen su boda, pero la mujer insiste en
continuar, apoyada por Isabel, quien teme a tener que vivir de la
caridad pues ahora que se ha descubierto la ruina de su familia,
gracias a Amanda, todas las amistades les han retirado el habla.
Puerto
Esperanza es un municipio situado en una región tropical, donde el
tiempo parece no correr al ritmo del resto del mundo y las leyes y
costumbres aún son como en el pasado, pues el desarrollo se ha
estancado. Allí vive la familia Belmonte, poseedora de casi todo el
lugar y con deseos de poseer un día "El Paraíso", de la
cual el patriarca, Fausto, ha cuidado muy bien junto al capataz y
mano derecha Santos De María, un hombre rudo, indomable, salvaje y
ardiente, al que ninguna mujer se le resiste y de quien siempre ha
estado enamorada Mayuya Ayala, una chica tenaz y fogosa que es presa
de los celos y protección de su hermano Silverio, pero que
representa todo para su abuela, doña Chepa, quien tiene gran aprecio
por Santos, pues lo conoce desde que era un niño y sabe las
peripecias por las que ha tenido que atravesar desde que quedó solo
en el mundo. A su vez el hombre, que tiene candentes encuentros con
la nieta de la mujer, que siempre ha estado enamorada de él y desea
que se casen, se niega a sentar cabeza y aprisionarse dentro de un
matrimonio, por lo que siempre ha dejado claro a la joven que no se
casará, ni con ella ni con nadie, pues no es su naturaleza. Ella así
lo ha aceptado, pero la ha mantenido a su lado por medio de la cama y
a la magia de la bruja Calixta, que alimenta un nido de serpientes y
a la cual es asidua. La bruja le lee las cartas y la alarma,
advirtiéndole que una torre caerá del cielo y desatará un infierno
por medio del cual ella perderá a su hombre. Mayuya asegura que se
preparará para ese día, pues será capaz hasta de matar a quien se
atreva a quererle arrebatar a Santos De María.
Aunque
severo y hostil, Fausto ha criado con rectitud a sus hijos: Leandro y
Gael. Uno pulcro, recto y enfocado a seguir los pasos de su
progenitor, haciéndose cargo del negocio azucarero de la familia,
mientras que el otro es un aventurero dispuesto a todo por defender
sus ideales. Aún así los hermanos son unidos a pesar de ser
diferentes y con ellos vive como arrimada la tímida e introvertida
Solita Vidal, quien siempre ha parecido la indiferencia y hostilidad
de Fausto, su padrino, quien a pesar de haberla hecho parte de su
familia la trata como sirvienta y constantemente le recuerda que está
con él por caridad y no por cariño. La muchacha recibe el mismo
trato por parte de Leandro, aunque no de Gael, quien admira a Santos
y desea ser como él, que a pesar de ser libre y salvaje tiene un
corazón noble y se ha convertido en el paño de lágrimas de Solita,
a la que siempre intenta convencer de que es bonita, valiosa y que,
si se lo propusiera, podría enamorar a un muchacho y ser feliz a su
lado. Ella sin embargo cree inalcanzables todos sus sueños, pues
está segura de que a quien ama en silencio nunca le corresponderá y
ese no es otro que Leandro, el cual tiene una relación con la bella
Manuela, con la que está próximo a casarse, llenando de felicidad a
la madre de esta, Paloma Vasconcelos, una mujer frívola, astuta,
intrigante y ambiciosa que presume su abolengo pero oculta que ya
hace muchos años que ella y su hija viven de remilgos, pues se
gastaron la fortuna de su difunto marido.
Estas dos tratan con desdén
a Solita, a la que consideran una criada más que como parte de la
familia Belmonte. Esto disgusta a Gael, el cual tiene cariño por la
muchacha y pide a su padre que exija respeto para ella. Fausto sin
embargo cree que el menor de sus hijos y la recogida se entienden y
hace saber a esta que nunca se casará, pues cuidará y velará por
él hasta que muera, ya que así le pagará todo lo que ha hecho por
ella. Esto no lo aprueba Gael, quien discute la situación con
Leandro, el cual no comprende por qué tiene tanta estima a una
recogida, la cual se refugia en Santos, quien la abraza y consuela en
el llanto, asegurándole que llegará el día en que conozca al
hombre que merece y este la haga feliz.
Damián
descubre que Alma Teresa ha quedado completamente en la ruina ya no
puede beneficiarse de ella, por lo que el día de la boda la planta
en la iglesia y solo le envía un mensaje de texto, diciéndole que
él no puede arruinar su futuro. Esto llena de decepción a la novia,
que desahoga su pesar con la tía Isabel, pues se ha dado cuenta de
que el prometido nunca la amó. Pronto las mujeres reciben un
requerimiento de desalojo, pero al guardar cosas y revisarlas, la
protagonista descubre que no está sola, pues su padre supo guardar
muy bien las escrituras de una propiedad que fue de su madre: la
hacienda "El Paraíso", situada en un remoto lugar al que
la mujer decide viajar, dejando todo atrás.
En
El Real, Santos ha sido el señor gracias al apoyo de Fausto y ha
sabido trabajar los cañaverales gracias a la experiencia del viejo
don Pedro Zamarripa, quien le aconseja que siente cabeza y se case
con Mayuya, quien lo ha querido desde niña y, aunque es igual de
descarriada que él, lo quiere de verdad. Lo mismo opinan los peones
Valentín y Edén, que además son sus amigos y cómplices, y juntos
han logrado que la producción de la hacienda, mezclada con la
refinería azucarera de los Belmonte sean el negocio más grande de
la región, y por eso al enterarse de la muerte de Ernesto, el
protagonista y el anciano creen que finalmente "El Paraíso"
pasará a manos de los Belmonte, puesto que el difunto nunca tuvo
hijos varones que quisieran trabajar el lugar que perteneció a la
familia de su también difunta esposa. Habla de esto con el padre
Cipriano, el cual sabe que en el fondo el hombre siempre se ha
querido apoderar de la hacienda para entonces ser enteramente el
dueño y señor de Puerto Esperanza. Le pide mesura y tiempo para
hacer las cosas bien.
Alma
Teresa investiga cómo llegar a Puerto Esperanza y comienza la
travesía junto a Isabel. Al llegar al lejano lugar acuden a la
parroquia de la localidad y allí conocen al padre Cipriano, el cual
se alegra de tenerlas en el pueblo y se ofrece a llevarlas hasta "El
Paraíso", donde Alma Teresa tiene su primer desencuentro con
Santos, al sorprenderlo reprendiendo a un trabajador, de manera
brutal. Lo encara y cuando él le exige que se marche, ella le dice
ser la dueña del lugar. Lo confirma el padre Cipriano y al capataz
no le queda más que disculparse, pero ella no acepta sus disculpas y
decide instalarse con ayuda de la fiel sirvienta Rosario Guanipa,
quien al saberla alarmada por ver la habitación principal hecha un
desorden, le dice que es allí donde duerme el capataz. La recién
llegada de inmediato manda a echar afuera las pertenencias del
hombre, quien se defiende y de nueva cuenta discute con ella, que le
deja claro que las cosas cambiarán de ahora en adelante y él tendrá
que dormir donde duerme el resto de los criados, pues es solo un
simple capataz y no el dueño y señor de "El Paraíso".
Dicho esto, el hombre decide tomar sus cosas y marcharse, presentando
su renuncia a Fausto, el cual le pide que guarde la calma y acude a
dar la bienvenida a Alma Teresa y Isabel, a las que asegura que
Santos es un hombre de confianza y responsable de que todo en la
hacienda marche muy bien. Sin embargo la protagonista no quiere
volver a saber del hombre, el cual pasa la noche en el burdel del
pueblo, donde cuenta a Diosamada, la dueña, lo que ha sucedido.
Diosamada y su fiel compañera, La Cheraneca, ríen de que por fin Santos se haya
topado con la horma de su zapato y le invitan unos tragos, para que
luego de esto el hombre baile y se encame con cuanta mujer se le
ofrezca. Ha sido visto por Silverio, el cual desahoga con su abuela
la frustración que siente de que ese hombre haya envuelto a su
hermana, cuando no la merece y solo la hará sufrir. Chepa sin
embargo está convencida de que Santos es bueno y sabrá querer y
proteger a Mayuya, quien está llena de celos y angustia solo de
pensar que pronto aparezca la mujer que le arrebate lo que más
quiere. Por ello cuando su hermano la entera de que el capataz ha
pasado la noche en el burdel, acude al lugar para reprocharle su
engaño, pues sabe que todos se ríen de ella por creerla una
estúpida. Él le recuerda que nunca le ha prometido nada serio y
decide que terminen toda relación en ese momento. Ella entonces
busca a Calixta, quien le prepara un embrujo de serpiente para tener
al hombre de vuelta a ella. El plan fracasa cuando Chepa descubre los
planes de su nieta y evita que cometa una atrocidad. la muchacha,
desesperada, asegura no saber qué hacer para que De María la ame
como ella a él.
Leandro
se sorprende al conocer a Alma Teresa, pues es una mujer sumamente
refinada. Se desvive en atenciones por ella, lo que despierta
sospechas en Gael, el cual siente satisfacción por su hermano y
asegura a Solita que la presencia de esa mujer hará que este e
Manuela tengan problemas. Y no se equivoca, pues desde que esta
última conoce a la protagonista no hace más que sentir celos de
ella, en todos los aspectos e insinúa a su prometido que una mujer
como esas necesita de un hombre como Santos De María, para ponerla
en el sitio que merece. Leandro se resiste a consentir eso y exige a
Manuela que sea amable con aquella mujer o de lo contrario tendrán
problemas. Lo cierto es que el hombre no puede dejar de pensar en la
belleza de Alma Teresa y desde ese momento decide y jura que la
conquistará.
Alma
Teresa no comprende nada del trabajo de la hacienda y habla con don
Pedro, el cual le asegura que Santos es necesario y que, aunque este
se atrabancado, atrevido e irrespetuoso, pues ha llevado una vida muy
dura, en el fondo es bueno y lo más importante es que es alguien a
quien la gente quiere y respeta, además de saber muy bien lo que
hace. Le pide que reconsidere y pida al hombre que vuelva, apoyado
por la tía Isabel, que hace ver a su sobrina que sola no podrá
manejar un negocio desconocido y totalmente nuevo para ella. La mujer
sin embargo se niega a doblegarse ante Santos y cree que es él quien
debe pedirle perdón. Dicho esto, don Pedro busca al hombre y lo
entera, pidiéndole que doblegue su orgullo y vuelva al "Paraíso",
pero este se resiste y asegura que lo hará solo si Alma Teresa
Loaiza se lo pide.
Por
las calles del pueblo camina La Sibila, una mujer espiritual que vive
en las montañas y a la que todos toman por loca ya que deambula
arrojando maldiciones y bendiciones a más no poder, siendo la burla
de chicos y grandes. La mujer llega a la iglesia del Pueblo, donde se
topa con Fausto, al que le dice ver en él al mismísimo diablo. Este
la mira con desprecio y le exige que no se le acerque. Ella le
asegura que una maldición está a punto de caer en su familia, y que
la sangre correrá por Puerto Esperanza, cuando el fuego del ángel
vengador se manifieste, pues desde entonces sus deseos y los de los
suyos serán su destrucción. El hombre está apunto de golpearla
pero la mirada desafiante de la mujer lo detiene, así como el padre
Cipriano, con el que el hombre se desahoga. El presbítero lo
reprende por ser obstinado y voluntarioso, y le asegura que, aunque
desee imponer su voluntad ante la de sus hijos, estos son ya unos
hombres, y no se detendrán por él para conseguir lo que deseen. El
hombre dice estar preocupado, pues considera que Manuela no es mujer
para Leandro, para el cual siempre ha tenido grandes planes.
Calla
cuando el cura le pregunta qué planes tiene para Gael y Solita,
recordándole que él quiso hacerse cargo de esa muchacha y el
haberse convertido en su padrino no significa que se borre lo que
sucedió hace tantos años entre él y la madre de la muchacha.
Paloma
esparce por Puerto Esperanza el chisme de la llegada de Alma Teresa y
cuando se lo cuenta al padre Cipriano, este le dice que ya ha
conocido a la hermosa mujer y que él mismo la ha llevado a la
hacienda. El sacerdote habla con ella de los planes de boda de su
hija y el heredero mayor de los Belmonte, dándose cuenta de que la
mujer solo está interesada en el dinero. Se asombra cuando al
preguntarle si cree que su hija será feliz, la mujer le dice que eso
no importa, pues ella tampoco fue feliz al lado de su marido, pero
tuvo una vida de ensueño y eso la llevó a convertirse en una dama
respetable en el lugar. Luego la mujer, al fumarse un cigarrillo en
el jardín de su casa, escucha gemidos desde el balcón de su hija,
por lo que acude a la habitación de esta, descubriendo que la puerta
se encuentra cerrada con llave. Toca y pide a su hija que abra y
cuando inspecciona el lugar se da cuenta de que su hija está agitada
y nerviosa. Le pregunta con quien estaba y ella jura que con nadie,
pero la astuta madre se percata de que un hombre estuvo en la
habitación y la abofetea, para entonces salir. La ardorosa hija sale
al balcón y se toca, mordiéndose los labios, mientras ve alejarse a
un sensual y atractivo muchacho.
Leandro
hace saber a Fausto que ahora que ha conocido a Alma Teresa duda si
de verdad quiere casarse con Manuela. El patriarca entonces se
sincera y le dice tener la sospecha de que su prometida se unirá a
él por interés, así como le pinta un panorama prometedor al lado
de Alma Teresa, pues enamorándola y casándose con ella, "El
Paraíso" puede ser de ellos y así convertirse en los más
fuertes y poderosos de la región.
Jeremías
Guerrero, enemigo poderoso de Santos y Fausto, se encarga de mandar
gente a quemar los cañaverales con el fin de perjudicarlos. Esto
llena de horror a Alma Teresa, que junto con peones y otros empleados
acude a apagar el fuego, pero le es imposible y algunas personas
mueren. El suceso llega a oídos de Santos, a quien Diosamada y La
Cheraneca alertan el el burdel. Llega de inmediato a la hacienda y
salva a mucha gente, entre ellos a Alma Teresa, la cual queda
atrapada entre el fuego. La lleva en sus brazos hasta la hacienda y
allí ella le pide que vuelva y no la deje sola, pues lo necesita
ahora más que nunca. Luego de esto aparecen Fausto y sus hijos para
ponerse al servicio de la mujer, quien les asegura que Santos se
encargará de todo y desiste de volver a la ciudad cuando la gente se
lo aconseja. Esto hace que el capataz se de cuenta de que es una
mujer con determinación y decide volver al "Paraíso",
llenando de alegría a los suyos.
Abel
Caín Malafé, trabajador de confianza de los Belmonte,
constantemente ofende y humilla a Valentín y lo usa para obtener
información de la hacienda, pues detesta a Santos. El joven peón ha
callado esto que solo conocen él y Edén, el cual le aconseja que se
queje con los patrones, mas el muchacho está seguro de que su
palabra no vale contra la del hombre de confianza de la familia.
Desahoga con su madre, Rosario, los deseos que tiene de llegar lejos,
como Santos, mientras que a Edén no le niega que siente mucha
atracción hacia Solita, aunque sabe que esta, por ser una señorita
de categoría, nunca tendrá ojos para él. El amigo le aconseja que
mejor corresponda al amor de Yareli, la joven sirvienta de la
hacienda y la cual sufre por saberlo enamorado de otra.
Pedro
aconseja a Solita para que haga su vida y no se someta al destino que
le ha impuesto su padrino. Ella llora y dice estar resignada a estar
al cuidado de Fausto, al cuál teme por sobre todas las cosas. El
anciano le ofrece su casa en caso de que un día tome la decisión de
no soportar más humillaciones y le hace ver que cuenta con mucha
gente en el pueblo, la cual está dispuesta a brindarle una mano
siempre que lo necesite.
La chica pregunta al hombre si este conoció
a sus padres y él le dice que sí, y que cada día los tiene más
presentes en su mente y en su corazón.
Fausto
le dice a Santos tener certeza de Jeremías Guerrero causó el
incendio en los cañaverales, pues tiene una deuda muy fuerte con él
y se ha negado a colaborar en la producción de azúcar. Lo envía a
llegar a un acuerdo y el indomable capataz hace las cosas mucho más
grandes pues cuando el otro le asegura que no fue obra suya lo del
incendio y exige que le devuelvan su dinero, lo amenaza ferozmente y
le hace saber estar al tanto de todos sus negocios sucios. Jeremías
lo niega todo y jura que si en un plazo determinado no le dan lo que
pide, actuará de manera sucia. Santos le dice no tener miedo y estar
esperándolo para enfrentarse. El villano entonces se contacta con
Abel Caín y le dice que hay sospechas sobre él, por lo que lo
reprende y le jura que si cae, no le permitirá vivir, por lo que le
exige ser más hábil la próxima vez que le de una orden. Este se
desahoga en el burdel, donde asegura a La Cheraneca estar harto de
su jefe.
Orlena
Dunant se encuentra detrás de los actos de Jeremías Guerrero, pues
ha sido sabia amante y consejera. Le dice tener seguridad en que "El
Paraíso" será suyo y a Fausto no le quedará más remedio que
venderles. Como saben que aquél no está enterado de que ella se
encuentra detrás de todo, la mujer decide instalarse en Puerto
Esperanza y finge haber vuelto después de tantos años, llenando de
gran emoción a Fausto, el cual la presenta con sus hijos y da paseos
con ella, recordando los viejos tiempos. Ella Ella le agradece serle
siempre fiel y por ello le suplica que no permita que ninguno de sus
tres hijos emparente con la hija de Paloma, la cual es una
oportunista.
Gael
pasa mucho tiempo fuera de casa y Santos se da cuenta de que
constantemente viaja a otros municipios, por lo que intenta indagar
con Leandro, pero este no sabe en qué anda metido su hermano. A su
vez padece la presión de Paloma para que se case con Manuela, la
cual tiene amoríos con Bruno Jainada, un apuesto hombre con el que
se ve a las afueras del pueblo, siendo vistos por Solita, a quien la
otra asegura que ese hombre la persigue y molesta, y no sabe cómo
quitárselo de encima. La chica luego se cruza con Valentín, el cual
causa los celos de Yareli, al ofrecerse a llevarla y le deja entre
ver que le gusta. Ella se siente feliz y desahoga esta felicidad con
Don Pedro, el cual dice a Alma Teresa querer a esa infeliz como si
fuera la hija que perdió hace muchos años.
Solita
pregunta a Gael por qué no se ha hecho de una novia que lo llene de
sueños y lo impulse a enmendar su vida. pues el muchacho le confiesa
sentirse solo y comprender la indiferencia que esta recibe por parte
de Fausto, a quien le preocupan más el dinero y la refinería.
Asegura que en el pueblo no hay chicas del tipo que a él le gustan y
pone como ejemplo a Alma Teresa, asegurando que esta sí es alguien
que merezca la pena. Ella entonces le confiesa que siente algo por
Valentín y que es correspondida.
Alma
Teresa se cruza con La Sibila, quien ve en ella al ángel vengador
que desatará el fuego purificador. La fuereña no comprende a la
bruja y Santos le asegura que la mujer es buena e incomprendida, y
que no está loca, como todos creen. Caminan por el pueblo y al
quedar sola ella ve a Manuela y Bruno besándose. Se presenta ante
ellos y la otra la trata con desdén sin siquiera presentarse,
mientras que el otro, nervioso, asegura que la otra no es más que
una amiga, extrañando a la protagonista, quien acude a una cena a
casa de los Belmonte, en honor a Orlena. A esta fiesta acuden Manuela
y Paloma, a quien Alma Teresa felicita, pues el novio de su hija es
muy guapo.
La mujer se da cuenta de que la otra ha descubierto sin
querer el secreto de su retoño y le asegura que ese hombre es un
primo lejano con el que a veces sale y le deja claro que la infiel se
casará con Leandro, el cual se desvive en atenciones por la
protagonista, a quien Orlena hace preguntas que la acorralan y dejan
entre ver que la consideran una tonta como para manejar su hacienda.
Desahoga esto con la tía Isabel, a la que dice estar segura de que
Manuela engaña a Leandro con su supuesto primo lejano, mismo que
visita a la adúltera en su habitación y de nueva cuenta es
descubierta por Paloma, quien esta vez la abofetea y la acusa de ser
una cualquiera. La alerta de que Leandro tiene los ojos puestos en
Alma Teresa y esta sabe de su infidelidad con Bruno, con el que le
exige terminar de inmediato.
Chepa
habla con Santos sobre lo que este siente por Mayuya, pues la mujer
desea la felicidad su nieta. El hombre es sincero y asegura que,
aunque lo ha pasado bien con la muchacha y la ha sabido cuidar, en
realidad no la ama ni desea hacerla su esposa, pues siente que su
corazón comienza a pertenecerle a otra mujer. La abuela de la chica
sabe comprenderlo y por lo tal lo hace prometerle que se alejará de
ella, aunque esto la hiera.
Durante
años, en complicidad con La Sibila, Diosamada ha ocultado a una
mujer en las montañas y esta parece haber perdido la razón. Es
introvertida, tiene miedo de que la encuentren, y ellas saben quién
es, pero prefieren callar para protegerla. Su nombre es Blanca, la
cual sufre y llora por la hija que le arrebataron. La bruja asegura a
la prostituta que nadie debe saber que la mujer sobrevivió al fuego
del incendio de hace años, pues su vida corre peligro. Esta sin
embargo comete una indiscreción ante La Cheraneca, quien se toma la
información a la ligera y se la comenta a Abel Caín, que tiene en
la mira a Mayuya, a la que ronda desde hace tiempo e intenta
acercarse, pero la sobre protección de Silverio no se lo permite.
Los hombres se detestan y Abel Caín jura que el otro un día dará
un paso en falso y le dará un escarmiento.
Alma
Teresa se exalta cuando al proponer soluciones para la cosecha de
caña en "El Paraíso" es totalmente ignorada por Santos y
Fausto, a los que deja claro que ella sacó adelante la empresa de su
padre y tiene la experiencia suficiente para hacer crecer un negocio.
Santos intenta hacerle entender pero no así Fausto, el cual le dice
que los negocios corresponden a los hombres. La mujer no puede
comprender estas ideas machistas y se desahoga con la tía Isabel,
quien le aconseja que mejor venda la hacienda y con ese dinero
recupere lo que su padre perdió antes de morir. Piden ayuda de la
hipócrita Amanda, quien les aconseja que no tomen decisiones
precipitadas y decide viajar a Puerto Esperanza, donde pide a Alma
Teresa que no cometa una estupidez. Se presenta ante Fausto y, luego
de leer las cláusulas del contrato entre la hacienda y la refinería
azucarera, se da cuenta de que han sido los Belmonte quienes se han
beneficiado del negocio, por lo que propone disolver ese contrato y
crear uno nuevo ahora que Alma Teresa es la dueña de todo.
Fausto se opone a la oferta de Amanda y al contárselo a
Orlena, esta entera a Jeremías de lo que sucede y él se presenta
ante Alma Teresa para ofrecerle una oferta millonaria para comprar
"El Paraíso". Ella rechaza el trato y cuando Santos
aparece y reconoce al hombre, enfurece y se violenta, mas la mujer
logra mediar la situación y deja claro al otro que no venderá ni
hará tratos con nadie más que Fausto Belmonte, el cual presiona a
Leandro para que enamore a la mujer y se case con ella.
JULIO 2023. Isabel
sufre cuando Amanda le asegura que la hacienda está en ruinas y le
aconseja convencer a Alma Teresa, para que venda. La tía se desahoga
con el padre Cipriano, el cual le asegura que el sacrificio que hizo
por la esposa del hombre y también por su hermano, al ayudarlo a
criar a Alma Teresa, por encima de su propia felicidad, y ahora se ha
quedado en la ruina. Por su parte Amanda se le insinúa a Santos,
quien la rechaza.
Silverio
sospecha que Mayuya tiene un romance con alguien y no piensa permitir
que se burlen de ella. Se lo comenta a Leandro, con quien trabaja en
la refinería. Este cree que la sobreprotección del empleado es
abrumadora y le aconseja que deje que su hermana haga su vida con
quien le convenga, pero Silverio teme a que la muchacha caiga en las
garras de Santos De María, a quien el mismo Leandro descubre
discutiendo con la muchacha, pues él ha terminado toda relación
entre los dos y esta quiere que vuelva con ella. Lo amenaza con decir
a todo el mundo que se han acostado durante años. El capataz reta a
la muchacha para que lo haga, asegurando que es su reputación, no la
de él, la que está en juego. Ella llora, le suplica que se casen, y
él le dice no amarla, por lo que decide poner fin a sus apasionados
encuentros y le suplica que no lo busque más e intente ser feliz con
alguien que le corresponda. Ella le jura que lo hará arrepentirse y
acude a la bruja Calixta, la cual le dice que la única manera de
recuperar a su hombre es haciendo un sacrificio el cual implica que
corra sangre.
Fausto
le pide ayuda a Santos para que Leandro se olvide completamente de la
absurda idea de casarse con Manuela, por lo que le propone seducirla
y llevársela a la cama pero El capataz asegura que él no es de esa
clase de hombre y se sorprende todavía más cuando su jefe le dice
desear que Alma Teresa se case con su primogénito y de esa manera su
familia se adueñe de "El Paraíso". Asegura que Manuela no
es más que una arribista y se sorprende cuando el capataz le
aconseja que no se fíe de Orlena, pues tiene el presentimiento que
ha visto a esa mujer en alguna parte y si la ha visto antes, siendo
que hace muchos años ella se fue de Puerto Esperanza, no debe ser
por algo bueno. Esto lleva a Leandro a interrogar a la mujer, quien
se vale de su belleza y artimañas para enredarlo y seducirlo,
llevándoselo a la cama, lo que descubre Abel Caín, a quien la mujer
le jura que, si dice a Jeremías una sola palabra de lo que ha visto,
lo hará arrepentirse por haberla traicionado. Este a su vez intenta
enamorar a Mayuya, la cual lo rechaza y se ríe de él, pues lo
compara con Santos y lo considera inferior. El hombre la toma en sus
brazos decidido a besarla a la fuerza y mostrarle que es mucho más
hombre, pero aparece Silverio para defender a su hermana,
enfrentandose a golpes con el villano. Interviene Chepa, quien al ver
que el malhechor amenaza a su hijo con un puñal, le exige que no
haga algo de lo que después pueda arrepentirse, evitando una
tragedia.
La
constante presencia de Orlena en casa de los Belmonte hace que esta
se ensañe con Solita, a la que trata como su asistente personal. La
muchacha se desahoga con Valentín, el cual se atreve a besarla. De
esto se burla Orlena, pues creía a la otra una sumisa, que se revela
y es sorprendida por Leandro, el cual le recuerda que no es más que
una recogida y le exige respeto para la amiga de su padre, misma que
ha descubierto en el hombre a un ser ardoroso al que se siente
atraída. Este luego da un paseo con Alma Teresa y le muestra las
bellezas de los alrededores y son vistos por Bruno, el cual informa
de esto a Manuela, quien hace una rabieta que desahoga con Paloma, la
cual le dice estar segura de que el prometido romperá su compromiso
a causa de aquella mujer. La intensa prometida busca a la que cree su
rival y la abofetea, exigiéndole que se aleje de Leandro, pues este
está comprometido con ella. Sorprendida, Alma Teresa le recuerda que
la vio besándose con otro mas la infiel jura que eso no es verdad y
amenaza con hacerle la vida imposible.
La protagonista no le teme y
la reta a que intente meterse con ella, pues no sabe de lo que puede
ser capaz. Luego desahoga con Santos sus frustraciones y este,
dejándose llevar, la abraza. Ambos sienten una fuerte conexión, por
lo que se besan y terminan haciendo el amor.
Abel
Caín nuevamente se da cuenta de que Gael sale de casa y se dirige al
burdel, pero no entra, sino que camina hacia otro rumbo. Decide
seguirlo pero, al darse cuenta de que lo acechan, el muchacho logra
perderse y luego regresa al burdel, donde Diosamada le aconseja que
diga la verdad a su padre y enfrente su realidad, o de lo contrario
será completamente infeliz. El chico se asegura de que haya pasado
tiempo para liego retomar su camino y llegar hasta un cenote donde se
ve con su amante, Camilo Morán, al que besa y dice no poder más
seguir viviendo lejos suyos. Los chicos se entregan su amor sin darse
cuenta de que el habilidoso Abel Caín los espía, riéndose por lo
que ha descubierto.
Leandro
asegura a Fausto que Alma Teresa le corresponde y el padre lo
felicita, pues sus planes resultarán justo como espera. Luego ofrece
a Paloma una fuerte suma de dinero para que se marche lejos con su
hija. La mujer acepta el dinero y se atreve a preguntar si es Alma
Teresa Loaiza la mujer que reemplazará a Manuela en el altar. Fausto
guarda silencio y se marcha, dejando entre ver a la mujer que ha
acertado. Esta le cuenta a su hija lo que sucede y le aconseja que se
vayan, pues ha aceptado el dinero. Furiosa, Manuela ofende de
gravedad a su madre, quien la abofetea y a la cual arrebata el dinero
que lleva de regreso a Fausto, al que delante de Lisandro asegura que
ella no venderá el amor que siente por su hijo para que él logre
sus ambiciones. Se marcha, muy herida, pero busca a Bruno para
revolcarse con él, suplicándole que la haga olvidar el mal rato que
ha pasado. Él le propone que se marchen juntos y ella le pide que no
sea idiota, pues Leandro es la cuenta bancario por medio de la cual
ellos podrán ser felices.
Pedro
y Rosario recuerdan el origen de Santos, pues ambos conocen la
historia de su vida y han callado muchos secretos, durante años. El
anciano también recuerda a la madre de Alma Teresa y el amor que
aquella mujer tuvo por la hacienda y las tierras de su familia, hasta
que quedó sola, se casó y se vio en la necesidad de vender la
refinería. Luego sacan a conversación a Solita, quien tuvo la misma
suerte que Santos. Callan luego de que el viejo menciona que la
recogida de Fausto y el capataz de "El paraíso" ignoran
que por sus venas corre la misma sangre.
Abel
Caín dice a Gael conocer sus secretos y le pide dinero a cambio de
no delatarlo ante su padre, pues ambos saben que este correría al
hijo de su casa y lo desconocería si se entera de sus desviaciones.
El muchacho no teme al empleado, al que dice que ambos tendrán que
callar, pues él también en cualquier momento podría decirle a su
progenitor que su empleado de confianza es un traidor que se entiende
con Jeremías Guerrero, al que lleva información. Asombrado por
saberse descubierto, Abel Caín maldice su suerte y recuerda que
Jeremías le exigió no cometer errores. Habla entonces con Orlena,
quien se ríe de las preferencias de Gael y aconseja al malvado
trabajador que no diga nada a Fausto, pero sí de un escarmiento al
hijo, para que sepa con quién se está metiendo.
Amanda
insiste en conquistar a Santos, quien le deja claro que ella no le
gusta y protegerá a Alma Teresa y por ningún motivo permitirá que
esta venda la hacienda. La villana le jura que sí lo hará y él
habla con Fausto, al que pide que desista de comprar la propiedad y
busquen la manera de saldar la deuda que tienen con Jeremías. Al
escucharlos, Leandro interviene y lleno de celos enfrenta a Santos,
al que exige que se aleje de Alma Teresa.
El empleado le deja claro
que no recibe ordenes suyas ni de nadie y le recuerda que ya está
comprometido, enmudeciendo cuando Fausto lo entera de que no es así
y que ahora Leandro se casará con Alma Teresa y así "El
Paraíso" pasará a manos de su familia. Padre e hijo se
sorprenden cuando el indomable Santos De María, furioso, les asegura
que no lo piensa permitir, volviéndose en ese momento en su enemigo.
Orlena
se da cuenta de lo atractivo que es Silverio, al que se acerca,
simpatizando con él, que le dice no tener interés en conocer a
nadie pues está centrado en su trabajo. La mujer se siente atraída
a él, sin embargo, y tiende sus redes, haciendo visitas a Chepa y
Mayuya para tener su amistad, lo que hace sospechar a la muchacha,
quien dice a la abuela estar convencida de que la mujer tiene interés
en su hermano. Silverio jura que no es así, cuando la abuela le hace
preguntas, pero desde ese momento no puede dejar de pensar en Orlena,
pues de ser cierto lo que Mayuya dijo, él jamás se hubiera
imaginado que una mujer de semejante categoría haya puesto los ojos
en él.
Alma
Teresa se acerca a Solita y al saber que esta sufre y ha tenido la
protección y cariño de Santos, le propone que trabaje con ella en
la hacienda. Temerosa, la chica rechaza la oferta y revela que su
padrino jamás lo permitiría, pues este considera que las mujeres
deben estar en el burdel o en la cocina. La protagonista no puede
creer que el patriarca de los Belmonte piense de tal manera y
confiesa a Isabel estar asombrada por la doble moral del hombre. La
tía se sincera y dice no confiar en Fausto, para luego cambiar de
tema y preguntar a la sobrina qué es lo que tiene que ver con Santos
De María, pues la ha notado distinta desde que este volvió a "El
Paraíso". La hacendada asegura sentir un gran aprecio por el
hombre, callando cuando la otra le pregunta si se ha enamorado.
Blanca
parece volver en sí algunas veces y La Sïbila cuida de ella
mientras le habla de los acontecimientos en Puerto Esperanza. Se
asombra cuando la perturbada mujer, en un momento de lucidez, llora y
pregunta por su hijo, exigiendo que se lo devuelvan. La bruja le
suplica que se calme, la cura, y le promete que llegando el día de
la profecía, ella va a recuperar todo aquello que le arrebataron. No
sabe que están siendo espiadas por Calixta y que esta ha acudido al
padre Cipriano para decirle que La Sibila esconde a una mujer en su
choza de las montañas.
Chepa
sufre al darse cuenta de que Mayuya ha intentado quitarse la vida.
Suplica por ayuda y La Sibila vuelve a la vida a la chica, que ha
tomado un brebaje que Calixta le ha dado. La abuela llora, angustiada
y se desahoga con SIlverio cuando este llega, luego de enterarse en
el trabajo lo que sucedió. La sufrida suicida asegura no querer
vivir si Santos no la ama, pues no desea a otro hombre en su vida,
mas que a él. El duro hermano se violenta y busca al hombre para
culparlo por lo que su hermana ha hecho. Este le deja claro que nunca
engañó a Mayuya y ha terminado con ella justamente para que no se
haga falsas ilusiones, pero el hermano de la chica no le cree y jura
que, si su hermana sufre a causa del hombre, lo matará. Este no le
teme y al volver a la hacienda exige a Alma Teresa que no se deje
engañar por Leandro Belmonte, el cual no es sincero. No dice más
pero ella descubre de qué le ha hablado cuando el otro la invita a
montar a caballo y en el paseo le revela estar interesado en ella y
quererse casar. Intenta besarla, pero la mujer de nueva cuenta lo
rechaza.
Valentín
lleva a la refinería caña que Abel Caín se niega a cargar,
burlándose del muchacho, al que intenta provocar. Le dice saber que
ama a Solita y le aconseja que se la robe, pues finalmente ambos son
el uno para el otro y no valen nada. Le asegura que, de no hacerlo,
él será quien despoje a la chica de su virtud, haciéndola sentir
lo que es un hombre de verdad.
El muchacho se violenta y se le va
encima, por lo que el otro lo golpea. Aparece Santos para defenderle, poniendo
en su lugar al villano, el cual le saca a relucir que ahora que le
calienta la cama a la dueña de "El Paraíso" se cree dueño
y señor, pero que solo lo usan, pues la mujer se casará con
Leandro. Esto hace que Abel Caín reciba un duro puñetazo que lo
ofusca y lo hace caer al suelo. Los trabajadores apoyan a Santos, por
lo que el otro no tiene más remedio que irse, cuando aparece Fausto
para poner orden.
El
padre Cipriano acude a la choza de La Sibila, quien le prohíbe el
paso. Él le dice saber que oculta a una mujer y desea saber quién
es y desde cuando lo hace. No se deja llevar por las confusas
palabras de la bruja sobre una profecía y entra al lugar,
alarmándose al ver a Blanca. La otra le dice que entre ella y
Diosamada se han encargado de alimentarla y mantenerla con vida,
haciendo ver al "Hombre de Dios" que incluso las rameras
tienen más alma y bondad que muchos que se andan santiguando por ahí
y solo hacen daño a su prójimo. El cura cree que Blanca necesita
volver a la vida, mas la bruja le advierte que la mujer peligra por
lo que sucedió hace tantos años en "El Paraíso".
Al
ver golpeado a Valentín, Yareli le reprocha el enfrentarse a tanto
por amar a una chica que no le corresponderá. Llora cuando el peón
le deja claro que nunca la amará a ella y le suplica que lo deje tranquilo, ya que solo la quiere como una hermana y jamás le corresponderá.
Pedro
contempla una fotografía de su esposa y su hija difuntas y lamenta
que su hija nunca haya aparecido luego del incendio que arrasó con
los cañaverales, hace tantos años, lo cual llevó a su mujer a la
muerte, pues pudo más la tristeza que su resignación. Les prende
una veladora y reza por sus almas para luego mirar a su alrededor y
sentirse terriblemente solo. Recibe una visita de Solita, quien le
lleva panecillos que ha hecho y le habla de lo que siente por
Valentín. El anciano le aconseja que ame, viva y se deje llevar por
los arrebatos de su corazón, pues merece ser feliz. Ella le pide que
le hable de sus padres y el hombre le asegura que fueron gente buena,
unos campesinos que, ante sus necesidades, la entregaron con Fausto
para que este la apadrinara y le diera una vida digna. La chica
entristece y asegura que ser la sirvienta de los Belmonte no ha sido
del todo digno, pues su padrino la humilla siempre que puede y para
Leandro no es más que otro objeto de la casa. El viejo Pedro la
abraza y le asegura que cuando se case las cosas serán muy
diferentes para ella. Le propone que se acerque a Alma Teresa, que
aprenda de sus modales y se empape de sus conocimientos, pues con su
ejemplo puede crecer y tener una visión distinta de la vida. La
muchacha entonces le cuenta a Valentín la oferta que la dueña de
"El Paraíso" le hizo para que trabaje con ella y el chico
la apoya, sin contar con que Yareli intriga contra la inocente para
que no ponga un pie en el lugar. La descubre Rosario, quien le pide
que no se deje llevar por el amor no correspondido que siente hacia
su hijo, pues Solita no tiene la culpa de que este lo ame. Lo mismo
le aconseja Edén, a quien la muchacha besa delante del otro para
despertar sus celos, sin lograrlo, pues delante de todos Edén le
dice no quererla y le exige que no lo utilice.
Rosario
sufre al saber lo que ha sucedido a su hijo y desahoga con Isabel el
dolor que siente de saber a su vástago enfrentarse a Abel Caín, el
cual es su padre. Asombrada, Isabel habla con Alma Teresa de la forma
en la que los hombres toman a las mujeres en esa tierra en la que
ahora viven e intenta convencerla de que deben volver a la ciudad y
recuperar su vida. La tía se asombra cuando la sobrina le pide que,
si para ella es difícil la vida en "El Paraíso", regrese
sola a la capital. Amanda interviene para apoyar la idea de Isabel,
sorprendiéndose cuando la protagonista le pide que vuelva a la
ciudad, pues ya no necesita de ella. Reciben la visita de Paloma,
quien pide a la protagonista que se olvide de Leandro, el cual solo
buscará casarse con ella por interés de Fausto, el cual siempre ha
querido apoderarse de su hacienda.
Las sorprende Orlena, quien apoya
las acusaciones de la otra mas pide hablar en privado con Alma
Teresa, a la que aconseja que juegue muy bien sus cartas y no firme
ningún convenio matrimonial exigido por los Belmonte, sino que ella
pida que, al unirse a su marido, se le otorgue parte de la azucarera
que perteneció a su familia. Alma Teresa no puede comprender como
todos giran en torno a esa familia y que estos aun quieran apoderarse
de algo que nunca les ha pertenecido. Aconsejada por Orlena, tiene un
encuentro con Jeremías, quien le dice que hace años Fausto se
apoderó de la refinería azucarera de su familia a la mala, pues fue
el causante de iniciar el fuego que incendió "El Paraíso"
y que orilló a su madre a venderle la parte industrial, manteniendo
para sí misma la hacienda y los cañaverales. Le revela un secreto
íntimo: Durante ese incendio el hombre tomó la posesión más
valiosa para el villano y en él también murieron los padres de
Santos, el cual quedó al cuidado de don Pedro, quien lo protegió
como a un hijo y se puso al servicio de los Belmonte para entregarles
a bajo costo toda la cala del lugar, hasta el día presente. También
asegura a la mujer tener la certeza de que fue Fausto el causante del
incendio reciente y que este no descansará hasta obligarla a verse
en la necesidad de venderle o cederle la hacienda y las tierras que
siempre ha deseado, aunque para ello deba casarla con su hijo mayor,
Leandro. Dicho esto, la mujer hace preguntas a Santos sin decirle que
habló con Jeremías y al atar cabos se da cuenta de que el villano
no le mintió, por lo que decide hablar con Fausto y valiéndose de
sus estudios y experiencia en la empresa de su padre, le informa que
habrá un nuevo convenio en el que ella mantendrá el precio actual
de la caña a cambio de ganancias de la refinería y la azucarera. El
hombre se ríe de ella, que ante ello le dice cual será el precio de
la caña de azúcar de ahora en adelante y estar decidida venderle
toda su cosecha a alguien que sí está dispuesto a pagarle lo justo:
Jeremías Guerrero. Al saber esto, Fausto estalla en cólera y
maldice a la mujer, jurando que no permitirá que su más grande
enemigo le arrebate aquello por lo que siempre ha peleado.
Por
despecho, Mayuya se ha estado revolcando con Bruno, quien engaña con
ella a Manuela, misma que cree conveniente inventarse un embarazo
para obligar a Leandro a casarse. Sin embargo nota que el amante no
es tan ardoroso como antes y pelea con él cuando este le dice que
desea ser tomado en serio. Ella le pide que no sea estúpido y se de
cuenta del negocio que harían si ella se casa con el primogénito de
Fausto Belmonte, mas el amante no se traga sus cuentos y sabe
perfectamente que la única beneficiada será ella y él siempre le
servirá de segundo plato en la mesa de su festín. Decide terminar
con ella y se consuela con la ardiente Mayuya, quien asegura a su
abuela Chepa que no se conformará con un peón o un empleado como
todas en el pueblo, ya que sueña alto y no descansará hasta cumplir
sus objetivos.
Alma
Teresa habla con Santos sobre la propuesta de Jeremías y este le
asegura que ese hombre y Fausto han sido enemigos por años y pudo
haberle mentido como lo ha intentado hacer con él desde que lo
conoció. Le advierte que el villano también desea apoderarse de "El
Paraíso" y con ello obligar al otro para que le venda la
refinería y la azucarera. Le propone que juntos levanten la hacienda
y busquen a quien vender toda la producción de los cañaverles y
ella confía plenamente en él, que se presenta ante Fausto para
decirle que ya no puede contar con la caña producida en "El
Paraíso", por lo que desde ese momento dejan de tener una
sociedad. El otro promete al capataz que lo hará arrepentirse pues
está convencido de que se está valiendo de su astucia y seguramente
de sus habilidades para seducir mujeres, con el fin de enredar a Alma
Teresa y ser él quien finalmente salga beneficiado de la disputa
entre él y Jeremías. Al capataz poco le importa lo que el hombre
piense y promete que ayudará a que Alma Teresa logre que su hacienda
vuelva a ser la que era cuando su madre vivía.
Bruno
le aconseja a SIlverio que se deje llevar por la pasión si es que
una mujer como Orlena está interesada en él, que invadido de deseo
busca a la mujer, quien lo recibe en casa y lo pone cómodo, para
entonces besarlo y tocarle la entrepierna, poniéndose de rodillas
para bajarle la bragueta y deleitarlo al grado que este queda
prendido a ella. Luego el muchacho la entera del sufrimiento de su
hermana a causa de Santos De María de quien la mujer asegura saber
que es un traidor que ha llevado información de los Belmonte a
Jeremías. El amante comenta esto con Abel Caín, quien le dice tener
sospechas sobre el capataz desde hace tiempo, lo que lleva al
indiscreto SIlverio a contárselo a Leandro, quien enfurece al saber
que el hombre de más confianza para su padre los ha estado
traicionando. Lo busca para reprocharle lo que hace y se sombra al
verlo con Alma Teresa en sus brazos, por lo que su rencor hacia él
crece todavía más.
Leandro
desahoga en el burdel todas sus frustraciones y entera a Diosamada de
los planes que su padre tiene para apoderarse del "Paraíso".
Jura que no descansará hasta lograr que Alma Teresa sea su esposa,
pues se ha enamorado de ella y Santos se ha entrometido. La
prostituta le desea suerte mas le recomienda que no se convierta en
lo que es su padre, el cual ha hecho mucho daño. Leandro se exalta y asegura que eso no es verdad, pues su
progenitor ha ayudado a mucha gente en Puerto Esperanza y ha ayudado
a mantener de pie una hacienda que, de no ser por él, estaría
perdida. La Cheraneca lo calma y Diosamada le asegura que hay cosas
que él ignora, pues cuando sucedieron todavía era un niño y que
aunque su padre se haya redimido y ahora sea un santo ante los demás,
hay gente que no puede olvidar que desató tragedias en el pasado,
hasta para sí mismo, en su afán de apoderarse de algo que no le
pertenecía.
AGOSTO 2023. Isabel
no aprueba que Alma Teresa pase tanto tiempo con Santos y cuando la
sobrina le confiesa creer que se está enamorando del hombre, la
mujer llora, aterrada de que su pariente haya caído tan bajo. Le
pide que reaccione, que deje el orgullo de lado y venda "El
Paraíso", pero la otra, obstinada y decidida a sacar adelante
lo que perteneció a la familia de su madre, se antepone. Isabel no
tiene más remedio que desahogarse con Rosario, la cual le aconseja
que vuelva a la ciudad, recupere lo que pueda de su vida y deje que
la sobrina se realice, asegurándole que si se ha encaprichado con
Santos, esto pronto se le pasará, pues él no es hombre de una sola
mujer. No saben que Alma Teresa las está escuchando y debido a lo
que dijo la sirvienta, cuestiona al capataz, quien acepta que desde
que era un adolescente ha tenido afición por las mujeres y no ha
existido una sola que se le resista, mas ha cambiado todo desde que
la conoció a ella, que lo rechaza, llena de celos. Acude al pueblo,
donde Leandro intenta hablar con ella y la besa, siendo rechazado. La
mujer se marcha de su presencia y se cruza con Manuela, quien la
acusa de ser una cualquiera que le ha arrebatado al prometido.
Cansada de todos sus problemas, la protagonista abofetea a la otra
para desquitarse y le recuerda que la cualquiera es ella, pues no
olvida que la vio con otro hombre, el cual aparece detrás suyo. Al
verlo, Manuela asegura que no lo conoce y este le pide que acepte la
verdad. Ella le jura que Bruno es un desliz y que sus encuentros han
terminado. Paloma interviene, escuchando a su hija, a la que
abofetea y acusa de ser una ramera. Exige a Bruno que nunca se le
vuelva a acercar y este solo ríe de lo que ha pasado. Coquetea con
Alma Teresa, quien simplemente lo ignora y acude a la iglesia para
pedir consejo al padre Cipriano, quien le asegura que Santos es
bueno, leal, y puede confiar en él.
Presa
de los celos, Mayuya decide actuar contra Alma Teresa y por ello
recolecta serpientes en el monte, decidida a ponerlas en la
habitación de su rival con el fin de que esta muera, mordida por los
reptiles. La sorprende La Sïbila, quien sospecha cuales son sus
intenciones y le asegura que aquello que haga contra su prójimo, se
le revertirá.
Orlena
asegura a Fausto que, de casarse Santos con Alma Teresa, este se
dejará llevar por la ambición, como hacen todos los hombres, y esto
sería muy peligroso pues con ello el hombre deberá olvidarse de
poseer "El Paraíso". Este asegura que si eso pasa, no
dudará en prender fuego a los cañaverales y la hacienda como lo
hizo hace años, con el fin de que se la vendieran. Revela tener la
intención de ser el hombre más poderoso de la región y no
descansar hasta haberlo logrado. Luego habla con Solita, quien lo
entera de que ha decidido trabajar en la hacienda y dejar de ser una
carga para él, que no hace más que burlarse de ella. Le prohíbe
que acepte la propuesta de Alma Teresa y le deja claro que siempre
estará a su servicio, le guste o no. La chica llora y se revela,
asegurando estar cansada de humillaciones y ser tratada como una
sirvienta en vez de sentirse parte de la familia. El padrino la
abofetea, le dice que jamás será de su familia y saber que toda su
vida ha estado enamorada de Leandro, pues se da cuenta de cómo lo
mira y cuánto se desvive por él, que jamás ha tenido ojos para
alguien tan insignificante como ella, que llora, llena de dolor y es
presa de Abel Caín, quien se le acerca asegurando que en él puede
encontrar a un verdadero amigo. Este a su vez sorprende a Gael
bañándose en un cenote con su querido Camilo. Se burla de ambos por
sus preferencias y entonces el menor de los Belmonte desahoga con su
novio sus deseos de irse lejos. El amante lo alienta para que se
fuguen aprovechando que se avecina una tormenta. El malvado Abel Caín
descubre sus planes y de inmediato entera a Fausto, el cual se niega
a aceptar que su hijo sea un desviado y pide al empleado que impida
que se escape y con ello llene de deshonra a su familia. Este promete
cumplirlo y sorprende a solas a Camilo, quien lo confunde entre las
sombras y la lluvia con Gael. El infame Abel Caín se ríe de él y
le hace saber que ha ido a entregarle un encargo de su "suegro".
Lo golpea en la cabeza con una piedra, matándolo, para luego
arrojarlo en el cenote.
La
tormenta ha cortado la electricidad de Puerto Esperanza y Santos
enciende fuego en la chimenea de la hacienda, dando calor a los
habitantes. Isabel se da cuenta de que su sobrina se pierde con el
hombre para escapar a su nido de amor, donde al estar juntos él es
mordido por una de las serpientes que Mayuya ha puesto en el lugar.
De inmediato Rosario y Valentín actúan para sacar el veneno,
mientras que Yareli asegura que el capataz morirá, causando
desesperación en todos. Por su parte Edén va en busca de un doctor,
cruzándose en el camino con Abel Caín y de regreso con Gael, al que
dice lo que le ha sucedido a Santos, al que un doctor atiende,
mientras los peones se encargan de sacar las serpientes del lugar.
Esta situación aflige a Alma Teresa, la cual entera a Isabel de que
se ha enamorado del hombre y no sabría que hacer en la hacienda sin
él.
Silverio
protege a su abuela y hermana, con la que discute pues esta insiste
en que ama a Santos y no piensa darse por vencida con él. El hermano
le exige que reaccione y haga cuenta de todas las mujeres que han
sido de ese hombre, comenzando por todas las que trabajan en el
burdel. A la muchacha eso no le importa, pues sabe que todos los
hombres son así. Chepa le asegura que no, pues su padre no fue de
esa clase de hombre y SIiverio tampoco lo es. Pide a la nieta que se
ame, se respete y busque el amor en quien no solo pueda ofrecerle
compañía, sino amor, seguridad y lealtad. La apoya Silverio, quien
sale de casa y acude a Orlena, con la que se revuelca. La mujer
entonces le pide que la deje ver todas las cuentas de la refinería y
las transacciones que ha hecho Fausto, fingiendo desear que el
muchacho mejore su trabajo y tenga un ascenso.
Gael
llega al cenote y al no ver a Camilo decide esperarlo. La lluvia hace
que el agua del crezca pero ante la oscuridad no se da cuenta de que
allí yace el cuerpo de Camilo y al sentirse plantado, vuelve a casa,
donde Fausto lo sorprende. Le dice que ha estado en el burdel para
luego encerrarse en su habitación, mientras que el patriarca da a
Abel Caín una fuerte suma de dinero por haber quitado una piedra de
su camino.
Luego habla con Leandro de su interés por casar
urgentemente a su hermano, para que este siente cabeza, pero el
primogénito asegura que eso será imposible, ya que Gael no sabe
trabajar ni tomarse en serio nada, por lo que no habrá mujer que
quiera desposarlo. El duro e implacable Fausto jura que encontrará a
esa mujer y hará que el menor de sus hijos se enderece y se haga
hombre.
La bruja Calixta
alimenta a sus serpientes y se asusta cuando se le presenta la
muerte. Sabe que una sombra del más allá ha despertado y
significará el fin para los que han obrado mal. De inmediato se pone
a rezar y hace un ritual para alejar a los malos espíritus.
La
tormenta ha vuelto en sí a Blanca, quien gracias a la magia de La
Sibila despierta como de un sueño y pregunta donde está,
reconociendo a la mujer. Esta le pide que se calme y le explica que
han pasado muchos años, mas la otra, nerviosa, solo piensa en el
incendio y en su hijo. Se toca el vientre y al descubrir que no está
embarazada suplica a la bruja que le diga en donde está su hijo.
Ella le explica que todos la creen muerta y que tras el incendio de
hace años perdió la razón. Le asegura que la ayudará, mas le pide
que guarde la calma. Al amanecer recibe la visita de Diosamada, la
cual hace años fuera amiga de Blanca, quien la reconoce y con
desesperación le pide que le diga qué pasa. La prostituta le revela
que han pasado muchos años, que todos la creen muerta y que eso ha
sido lo mejor, pues con su muerte terminó la guerra. Se entera de
que su madre murió tras su desaparición y que Pedro, su padre,
todavía la llora. A este acude Diosamada, siendo reprendida pues el
hombre no le perdona que se haya dedicado a la mala vida. La mujer lo
intriga cuando insinúa que quizás las cosas serían difíciles si
todavia vivieran los dueños de "El Paraíso" y también
Blanquita, como le solían llamar a la desaparecida. El hombre
asegura que no se ha resignado a su pérdida y tiene sospechas cuando
la otra le pregunta qué haría si su hija estuviera viva. El hombre
considera que fue Jeremías Guerrero el que con su ambición y celos
desató el fuego aquella trágica noche en "El Paraíso" y
calla, inseguro, cuando la golfa le pregunta si nunca ha sospechado
de Fausto.
Santos
sale del peligro en que se encuentra y Alma Teresa agradece al doctor
por haberlo salvado. No se separa del hombre, al que cuida
personalmente, despertando habladurías en los empleados, a quienes
Pedro exigen que tengan respeto por el hombre que siempre ha velado
por ellos. El atrevido Edén entera al viejo de que todos saben que
el capataz y la patrona tienen amoríos y que fue por esto que Santos
terminó con Mayuya. Al paso de los días el fuerte hombre va
presentando mejorías que no hacen felices a Fausto y Lisandro, los
cuales tienen esperanzas de que muera, siendo este último el más
interesado, pues tiene la osadía de presentarse en "El Paraíso"
para dar su apoyo a Alma Teresa, sorprendiéndose cuando esta le
informa que ante el incidente, el capataz guarda reposo en la
recámara principal, que es la de ella.
Al
paso de los días Santos muestra mucha mejoría y no desea salir de
la cama pues su amada Alma Teresa ha cuidado de él como nadie y le
ha demostrado su amor, lo que no hace feliz a Isabel, quien cree que
debe actuar para evitar que su sobrina cometa una locura y se pone en
contacto con Damián, al que pide ayuda, asegurando que la nueva vida
ha cambiado a su sobrino y la siente perdida. Le cuenta que esta
posee la hacienda y cientos de hectáreas con las que recuperarán su
fortuna, despertando su ambición.
Junto
con otros peones, Edén se baña en el cenote y descubre el cuerpo de
Camilo, por lo que las autoridades municipales intervienen. El chisme
sobre el muerto se esparce por todo Puerto Esperanza con ayuda de
Paloma, quien se presenta ante los Belmonte para contarles, revelando
incluso el nombre que se halló en la identificación del occiso:
Camilo Morán.
Al escuchar esto, Gael sale de inmediato para
reconocer el cuerpo y sufre por la pérdida. Desahoga con Solita su
sentir y le revela que planeaba escapar con el muchacho. Los
sorprende Fausto, quien mira al hijo con desprecio y lo entera de que
le buscará una esposa, pues no quiere que los demás sepan las
debilidades que ha confesado a Solita, a la que prohíbe que diga una
sola palabra de lo que ha escuchado. Sin embargo ella se lo cuenta a
su amado Valentín, el cual le propone que salga de la casa de su
padrino y encuentre refugio en el paraíso. la chica siente demasiado
miedo y le cuenta de estas propuestas a Abel Caín, al que cree su
amigo. Este le asegura que él puede ayudarla a escapar y cuando
habla con Yareli, la chica le aconseja que haga suya a la virginal e
inocente recogida, con el fin de que Valentín ya no la valore como
mujer.
Mayuya
descubre que está embarazada y asegura a Chepa que el hijo que
espera es de Santos De María. La angustiada abuela teme a decírselo
a Silverio pues este es violento y cometería una locura. Sin embargo
entera a don Pedro, el cual le asegura que hace mucho tiempo que
Santos ignora a su nieta, por lo que él no puede ser el padre de la
criatura. La desesperada vieja presiona a la chica para que le diga
la verdad y esta grita que Santos la embarazó. Las sorprende
Silverio, el cual busca al capataz para exigirle que responda,
enterándose de lo que le sucedió. Rosario le dice estar segura de
que todo fue obra de su hermana, en un afán por perjudicarlo. Luego
el hombre se presenta y escucha los reclamos del hermano de su ex
amante, el cual lo amenaza de muerte si no le cumple a su hermana.
Santos asegura que él no ha tenido intimidad con Mayuya desde hace
tiempo e insinúa que la chica quizás se embarazó para achacarle un
hijo y así amarrarlo a sus enaguas, mas no piensa dejar que lo
difame ni lo obligue a estar con ella. Furioso, Silverio le apunta
con un arma de fuego. Aparece Alma Teresa para impedir que cometa una
locura, lo mismo que don Pedro, el cual lleva al muchacho a casa y
habla con Mayuya, quien llora y le jura que el hijo que espera es de
Santos De María. El viejo sin embargo tiene callo y la conoce bien,
por lo que le pide que, si en verdad ama al hombre, no lo obligue a
estar con ella, pues ambos sufrirán y con ese sufrimiento ella va a
arrastrar a Su hermano, Silverio, y a su abuela, Chepa. A la egoísta
eso no le importa.
Leandro
suplica a Alma Teresa que se case con él y ella le revela estar
enamorada de Santos. El otro le dice que este tendrá un hijo y
deberá casarse con Mayuya, pero la mujer, que es de la era moderna,
asegura que la muchacha cometió un error y el capataz puede hacerse
cargo de su hijo sin necesidad de estar con una mujer a la que no
ama. Leandro queda sorprendido y asegura a la protagonista que Puerto
Esperanza no es del tipo de lugares en el que se piense así y si
ella permite que un hombre no se haga responsable de la mujer que ha
deshonrado, la lincharán. Ella habla con Rosario, la cual le asegura
que esa es una mentira, pues todos conocen a Santos y en el pueblo
hay más de una deshonrada a cardo de sus hijos, ya sea porque han
sido burladas o porque fueron tomadas por la fuerza.
Blanca
se siente lista para volver a la vida y está de acuerdo en que debe
hacerlo de manera lenta, mientras investiga lo que pasó con su hijo
y la noche del incendio. Tanto La Sibila como Diosamada deciden
ayudarla y la primera asegura a Pedro que tendrá una oportunidad del
más allá y tendrá que ser fuerte. Este la ahuyenta, pues no cree
en sus brujerías pero pronto la duela del burdel lo busca para
insinuarle que su hija puede estar viva y quizás se ha ocultado
porque quisieron matarla. El viejo desespera, pide a la prostituta
que le hable de frente, con la verdad, y ella le pide que la espere
esa noche, pues le hará una visita durante la madrugada. El hombre
así lo hace y se estremece cuando la golfa y la bruja aparecen ante
él con una mujer cubierta con un manto. La descubren y no es otra
que su hija Blanca, la cual está viva.
Le explican que la mujer huyó
del incendio de hace años en "El Paraíso" y que llegó
embarazada a las montañas, con la mente perdida, y fue La Sibila
quien la encontró y cobijó para luego dar aviso a Diosamada, la
cual decidió que la amiga retornaría a la vida en cuanto recuperara
la razón. Pedro les reprocha el habérsela ocultado y queda atónito
cuando la prostituta le asegura que el incendio que hace años hubo
en la hacienda, fue con la intención de matar a Blanca. Él se
pregunta quién pudo ser capaz de semejante acción y se asombra
cuando las mujeres le dicen que el responsable pudo ser Fausto
Belmonte.
Leandro
disfruta al saber que Gael ha quedado excluido del testamento de su
padre y cree que por ser el primogénito será quien se quede con
todo, pues Fausto así se lo ha asegurado luego de contarle sobre la
homosexualidad de su hermano menor, al que sabe que jamás podrá
corregir y al que cree que sería bueno casar con la hermana de
Silverio, el cual siempre ha sido fiel a la familia. Leandro entonces
busca a Alma Teresa y le cuenta todo esto, proponiéndole que se
casen y trabajen en conjunto, sin que Leandro se entrometa, pero ella
le deja claro que no quiere tener tratos con su familia.
Paloma
ve a Mayuya hablando muy cariñosa con Bruno y entera de esto a
Manuela, la cual dice no sentir nada por aquél canalla, pero busca a
la muchacha para exigirle que se aleje del hombre. Forcejean y
aparece Silverio para defender a su hermana, diciendo que esta está
embarazada. Esto sorprende todavía más a Manuela, que busca a su
amante y lo abofetea por haber embarazado a una cualquiera, misma que
le niega al hombre que el hijo que espera sea suyo, confesando que es
de Santos De María. Los escucha Chepa y exige a la nieta que diga la
verdad y no mienta solo porque está despechada. Ella insiste en
sostener su versión y la abuela habla con Santos, al que dice
apoyarlop si no le responde a la muchacha, contándole que esta ha
tenido que ver con Bruno, al cual el hombre enfrenta en el burdel,
enterando así a todos de que ha embarazado a Mayuya. Este le exige
que no lo culpe de su responsabilidad y grita que hace años que es
amante de Manuela. Esto lo ha escuchado Abel Caín, quien corre a
decírselo a Leandro, el cual no puede con el engaño y enfrenta a su
ex prometida, la cual al sentirse acorralada se descara y acepta que
sí, que siempre tuvo a Bruno para calentarle la cama y que lo único
que pudo ver en Leandro fue su dinero, pues como hombre no vale nada,
ya que solo es un pobre títere de su padre. Él la abofetea.
Abel
Caín ha sembrado una plaga en los cañaverales, situación que
preocupa a Santos y Alma Teresa pues dependen de ello para sostener
la hacienda. Deciden actuar con todos los empleados para erradicar
esta plaga, mientras a lo lejos son observados por el villano, al que
de nueva cuenta Fausto da dinero por su trabajo.
Jeremías
está cansado de que Orlena le de pretextos para no volver a su lado
y por ello la busca personalmente. Ella le entrega información que
Silverio le ha dado pero para el hombre no es suficiente. Le pide que
empaque sus cosas, para que regresen juntos a su morada, mas ella se
niega afirmando que todavía tiene trabajo por hacer. Cuando el
hombre intenta tocarla para hacerle el amor, ella lo rechaza, así
que este sale rumbo al prostíbulo, donde sorprende a Diosamada con
su presencia. La mujer lo recuerda, así como también recuerda que
por su culpa murió su amiga Blanca. Le echa en cara el haber
incendiado "El Paraíso" hace años, cuando era capataz del
lugar. Él ríe y le deja claro que él amaba ese sitio como nadie y
que también amó a Blanca, la cual lo traicionó con Fausto
Belmonte. Queda atónito cuando la prostituta comete la indiscreción
de mencionar que su amiga estaba embarazada, por lo que sale furioso
del lugar y jura que el hombre se las pagará.
Desesperado, Jeremías se presenta ante
Pedro, quien al reconocerlo se niega a hablar con él. El hombre le asegura al anciano que no es responsable del incendio y que al
saber a Blanca muerta huyó para cumplir la promesa de hacer dinero y
vengarse de Fausto, quien no solo le arrebató a la mujer que amaba,
sino que destruyó la hacienda y las tierras que para él
significaban todo. Jura que hasta el presente sigue amando a Blanca,
y que ha actuado contra los Belmonte con el único fin de perjudicar
al responsable de su infelicidad. No sospecha que la mujer a la que
cree muerta lo está escuchando y esta llora, para luego pedirle a su
padre que investigue qué fue de su hijo, pues aunque perdió la
razón, aun recuerda que lo dio a luz. El viejo Pedro busca a La
Sibila y le pide que se apiade de él y le diga en donde está ese
niño. La bruja se niega a decirle el paradero, pues eso significaría
su muerte.
Valentín
se encuentra con Solita y se besan. De esto Yareli ha alertado a Abel
Caín, quien los sorprende y ahuyenta al peón con una pistola. Lleva
a la chica de vuelta a casa. Ella se le revela y revela no importarle
lo que su padrino piense sobre sus sentimientos, pues es libre de
amar a quien quiera. El empleado sin embargo intenta hacerle ver que
un peón no es lo que ella merece al ser parte de los Belmonte, sino
alguien mejor, como él, que la besa y la hace suya por la fuerza.
Tras su fechoría, le jura que si habla de lo que pasó, todo el
pueblo se enterará de su deshonra y su querido Valentín lo pagará
con su vida.
Gael
visita mucho el Cenote, donde se encuentra constantemente con Edén,
al que pregunta sobre cómo encontró el cuerpo de Camilo. El peón
recuerda que la noche de la tormenta vio al enamorado caminar
apresurado, en dirección a este lugar, pero antes vio a Abel Caín
apresurarse en dirección contraria. Esta revelación hace pensar a
Gael que el hombre de confianza de su padre se encuentra detrás de
la muerte de su novio.
Alma
Teresa aconseja a Santos que, para que Silverio y Epifania estén
tranquilos, acuda a hacerse pruebas de paternidad en cuanto el hijo
de Mayuya
nazca. El hombre entonces habla con el hermano y la madre de la
muchacha, a los que dice tener dudas mas no ser un cretino que se
desentienda de responsabilidades. Les pide que esperen a que el bebé
nazca y entonces ´se hagan pruebas de paternidad. Mayuya
se opone rotundamente y Silverio enfurece cuando Santos exige a la
chica que no sea voluntariosa, pues si no accede a lo que él ofrece
en ese momento, entonces no le corresponderá en nada. Ella está
convencida de que esto es obra de Alma
Teresa, a quien su hermano busca para sembrarle dudas sobre el
capataz, mas la mujer le hace ver que en la ciudad hay cientos de
casos en los que las mujeres mienten sobre la paternidad de sus hijos
para conseguir sus objetivos, por lo que ella misma ha aconsejado a
Santos que se someta a las pruebas que ha propuesto a los Ayala.
Bruno
rechaza a Manuela,
pues se ha empeñado en dar con la verdad sobre el hijo de Mayuya.
La mujer se burla de él por querer ser padre cuando no tiene en qué
caerse muerto, ya que aunque pertenece a una buena familia, quedó en
la ruina. Acude a Calixta para pedirle ayuda y esta se rehúsa a
hacerlo. La otra la abofetea y entonces la bruja echa sobre ella una
maldición, condenándola al hambre y la miseria.
Amanda se estremece ante la repentina
presencia de Damián
en "El Paraíso". Este habla con Ana Teresa y le dice estar
arrepentido por haberla dejado a unos días de su boda, pues se
sentía confundido y no deseaba verse como un arribista entre la
gente. Le jura que la ama todavía, la besa y son descubiertos por
Santos, a quien la mujer presenta con el ex prometido, llenándolo de
celos. Esto hace feliz a Isabel,
quien da la bienvenida al recién llegado y pide que lo instalen en
una habitación sin que Alma
Teresa tenga oportunidad de oponerse.
SEPTIEMBRE 2023. Amanda asegura a Santos que Damián, el ex
prometido de su amada Alma Teresa, ha regresado para recuperar a la que iba a convertirse en
su esposa. Dicho esto, ardiendo en concupiscente y ardoroso deseo carnal, la villana se le insinúa al capataz y este la rechaza, pidiéndole que no se rebaje, pues jamás se comparará con Alma Teresa.
Blanca
y Jeremías
se atormentan por los recuerdos del pasado y la mujer solo desea
saber el paradero de su hijo. Hace saber a Pedro
que, de no averiguar nada, tendrá que acudir a Jeremías
o a Fausto,
pues uno de ellos tendrá que ayudarla. No dice nada más cuando el
padre le pregunta cuál de esos hombres es el padre del hijo que le
arrebataron, mientras que Jeremías
contempla una fotografía de la mujer y llora, asegurando que a pesar
de que con el tiempo no ha dejado de amarla, tampoco le perdona su
traición. Lleno de rabia ordena a Abel Caín que prenda fuego a la
procesadora y la azucarera, pues quiere que Fausto
Belmonte sienta lo que hace años él sintió. El otro así lo
promete, mas acude a hablar con Orlena,
a la que dice no querer traicionar de esa manera a su patrón, con el
que la mujer habla para intentar convencerlo de que debe olvidarse de
"El Paraíso".
Leandro
está enloquecido de rabia y celos. Ama con obsesión desmedida a
Alma Teresa y no desea que sea para nadie, mucho menos para Santos,
al que desea tender una trampa. Se vale de Abel Caín para mandarle
un mensaje en el que le cuentan que Mayuya se encuentra en ese
momento con el verdadero padre de su hijo, pero para ello, debido a
los planes de Fausto, Abel Caín ya se ha adelantado y asesina a
Bruno, apuñalándolo. Cuando Santos llega, lo sorprende por la
espalda, golpeándolo en la cabeza y poniendo en sus manos el puñal
asesino. La policía lo encuentra y es arrestado y llevado a la
cárcel, donde se jura inocente del asesinato. Al enterarse de esto,
Alma Teresa desea ayudar mas Isabel le pide que no interfiera y es
Pedro quien decide hacerse cargo, ayudando al capataz, el cual le
asegura que le tendieron una trampa.
Énrique
se desahoga en el burdel y Abel Caín lo escucha, por lo que le
cuenta a Fausto lo que ocurre y le hace ver que casar a Gael con
Mayuya les resulta conveniente, pues aunque el amanerado no
corresponda en la cama a la mujer, esta tendrá un hijo. Al patrón
le gusta la idea y por ello habla con SIlverio, al que dice haber
querido tener una hija para emparentar con él y le propone que casen
a su hermana y Gael, para que ya sean familia. Con vergüenza, el
empleado dice al hombre el estado de Mayuya y este le asegura que el
niño puede ser un Belmonte y tener todos esos privilegios, por lo
que lo ilusiona. Se sorprenden cuando autoridades se presentan para
hacer una auditoría, pues les han llegado informes de malos manejos
en el lugar. Fausto asegura a Abel Caín que, si él se encuentra
detrás de ello, lo hará arrepentirse. Este a su vez está en la
mira de Gael, el cual está más que decidido a vengar la muerte de
Camilo y Edén, desea ayudarle.
La
Sibila aparece ante Fausto, quien la desprecia. Ella le recuerda que
hace años hicieron un trato y que muy pronto este llegará a su fin.
Le recrimina el tener un corazón de piedra y haber dado a su propia
hija un trato de sirvienta, en vez de haberla cuidado como es debido.
Él le exige que calle, pues no desea que nadie sepa que Solita no es
su ahijada, sino su hija. Asegura que en la muchacha ha ensañad el
desprecio que Blanca siempre le tuvo y luego corre a la bruja, quien
le asegura que el ángel vengador hará que los muertos retornen a
recuperar lo que les pertenece. Luego de esto se entera de que Santos
está en la cárcel y se alegra, pues considera que este será el fin
de "El Paraíso". Ante él aparece Orlena, quien lo ha
escuchado hablar con La Sibila y lo acorrala para que le cuente la
verdad sobre Solita. Furioso, el hombre la echa de su casa y ella
regresa al lado de Jeremías, al que revela que Fausto tiene una hija
con una muerta y que a la chica la ha hecho pasar como su ahijada,
por el buen nombre de su familia.
Mayuya
suplica a Calixta un remedio para amarrar de por vida a Santos, al
que hace una visita en la cárcel para asegurarle que está dispuesta
a hacerse las pruebas de embarazo y le entrega un brebaje mortal
hecho con veneno de sus serpientes, para amarrarlo. Sin embargo un
incidente hace que la bebida se derrame sin que él pruebe una sola
gota y al salir del reclusorio la muchacha hace tremenda rabieta.
Alma
Teresa pide ayuda a Damián para liberar a Santos, pues lo sabe
inocente del crimen por el que se le culpa. Este acepta mas lo único
que desea es hundir al hombre, para que él pueda recuperar el amor
de la mujer, despertando los celos de Amanda, quien tiene apasionados
encuentros con el hombre y le reprocha el querer recuperar a su ex.
Él le dice estar decidido a apropiarse de "El Paraíso" y
la amante le recuerda que ambos ya tienen mucho dinero debido a los
fraudes que cometieron. No saben que Rosario los ha escuchado y los
ve besándose como dos fieras salvajes.
El
padre Cipriano se sorprende cuando ante él aparece Blanca, quien le
cuenta que estuvo oculta y le pide que le explique por qué todos le
dicen que su vida peligra, si ella no hizo nada. El sacerdote le
cuenta que Fausto y Jeremías ahora son hombres poderosos que se
tienen odio debido al triangulo amoroso suscitado con ella hace años
y que se comprobó que el incendio en el que ella apareció fue un
atentado por el que culparon a Jeremías, pues este huyó y ha usado
su dinero para comprar las leyes y todavía insiste en aplastar a su
rival. Ella dice estar harta de tal situación y no estar dispuesta a
seguirse ocultando. Entera al cura de que tuvo un hijo mas no sabe el
paradero de este, por lo que le pide ayuda. El sacerdote entonces
recuerda que hace años a la iglesia llegó La Sibila con una
criatura en brazos, para bautizarla, y que era una niña que entregó
a Fausto para que la apadrinara y se hiciera cargo de ella, llenando
de alegría a la esposa del hombre, quien siempre quiso tener una
hija. No le dice esto a Blanca, pero busca a La Sibila para exigirle
la verdad y ella lo acepta: Solita es la hija de su feligrés. a
quien Leandro tomó por la fuerza la noche en que se prendió fuego
en "El Paraíso".
Valentín
no entiende por qué Solita lo rechaza y desahoga con Rosario su
frustración. Los escucha Yareli, la cual intriga contra su rival y
deja entre ver que esta ha sido de otro hombre. Sin embargo Edén,
que ha seguido los pasos de Abel Caín, descubre que este intimida a
Solita y teme a que le haya hecho algo. Se lo dice a su amigo, el
cual enfrenta al malhechor, quien con burlas lo entera de que su
amada ya fue suya. Valentín se abalanza contra él, para golpearlo,
pero el otro es más fuerte y lo amenaza con una pistola. Aparece
entonces Rosario para exigirle que no lo mate, revelándole que el
muchacho es su hijo, delante de todos los empleados de la refinería.
El villano cree que la mujer miente y ella le recuerda que hace años
la tomó por la fuerza y de ese acto tan vil hubo consecuencias. Al
escuchar esto, Valentín se llena de furia, se mueve con agilidad y
toma la mano del hombre hacia su espalda, haciendo que este se
dispare a si mismo. Cae herido al suelo y es llevado a la clínica,
mientras que aquellos que presenciaron los hechos, declaran que todo
se trató de un accidente, pero aún así Valentín es detenido y
cuenta a Santos lo que ocurrió. Este le asegura que no es el único
que sufre por lo mismo, pues muchos de los peones y gente del
servicio en Puerto Esperanza son hijos bastardos de algún patrón o
algún maleante como Abel Caín, el cual es enviado a la capital del
estado gracias a los Belmonte y en aquél lugar logran salvar su
vida, pero ha perdido el movimiento de las extremidades inferiores.
Rosario
desahoga su pena con Alma Teresa y don Pedro, quienes le prometen que
su hijo quedará libre dentro de poco pues Amanda y Damián ya se
están haciendo cargo. La madre asegura que no confía en esos dos y
cuenta al viejo lo que sabe de ellos.
Valentín es
liberado, llenando de alegría a la mujer, ante la cual llora pues
siente asco de ser el hijo de alguien como Abel Caín, que al igual
que hizo con ella, también ha deshonrado a Solita. La mujer se
desahoga con su patrona y Isabel, la cual se muestra indiferente ante
su sufrimiento y suplica a la sobrina que no sea terca y se vayan de
ese lugar, pues un día ellas serán víctimas de algún daño. Alma
Teresa sin embargo busca a Leandro y le cuenta lo que le ha sucedido
a la recogida de su padre. Él muestra indiferencia pues jamás ha
querido a Solita y la desprecia, por lo que cree que ella tuvo la
culpa de lo que sucedió. Esto lo lleva a ganarse aun más el rechazo
de Alma Teresa, que nunca imaginó que le pensara y sintiera de esa
manera. Le pide que no la vuelva a buscar pues ya no pueden ser ni
amigos.
La
dolida Yareli busca a Solita y la culpa de lo que le ha sucedido a
Valentín, para luego exigirle que se aleje de él y comprenda que su
padrino jamás la dejará estar al lado de un peón. Amenaza con
contarle de su amor secreto a Fausto, a quien la ahijada hace saber
que se ha enamorado. Él la toma con violencia y le recuerda que
nunca le permitirá irse de su lado, pues está unida a él de por
vida y solo será libre cuando este muera. Ella llora, le suplica que
le diga por qué la recogió, si la desprecia. Él le confiesa que lo
hizo para tener una sirvienta a la cual pagarle con techo y comida y
ahorrarse el pagar un sueldo.
Manuela
sufre por la muerte de Bruno, pues lo quería en realidad. Se hunde
en el alcohol y esto despierta la ira de Paloma, quien al hacer
cuentas se sabe en la banca rota. Habla de esto con el padre Cipriano
y la escucha Diosamada, quien burlándose de ella por no haber
conseguido sus ambiciones, la entera de que hay vacantes en el
burdel, aunque por su edad ella no podría hacer mucho dinero. La
ofendida mujer ignora las palabras de la prostituta y al volver a
casa cachetea a la hija, a la que exige que reaccione y se prepare
pues se mudarán a la capital, para que esta logre enamorar algún
viejo rico.
Abel
Caín recibe la visita de Jeremías Guerrero, quien lamenta lo que le
pasó y más al saber que fue el propio hijo del hombre quien se lo
causó. Le asegura que le dará una buena cantidad de dinero por su
silencio, mas ya no requerirá de su ayuda. Al salir del cuarto del
convaleciente, es visto por Fausto, el cual entonces descubre que su
empleado lo ha estado traicionando. Decide callar que lo ha
descubierto, mientras encuentra la manera de hacerle pagar. Al volver
a Puerto Esperanza se entera de que su empleado violó a su ahijada,
Solita, a la que con furia el hombre le exige que le diga que no es
verdad mas ella le cuenta cómo pasaron las cosas. Furioso, el hombre
sale a la iglesia y se estremece al ver frente a él a Blanca, quien
lo mira con desprecio y pasa de largo, ignorándolo. Habla con el
padre Cipriano y este le cuenta que extrañamente la mujer está viva
y busca a su hija, la cual es Solita. Fausto llora asegurando que ha
fallado y le cuenta al padre lo que le ha sucedido a su protegida.
Luego busca a Blanca, pero ella se niega a hablar con él, que para
convencerla le dice saber en donde está la hija que tuvo. Le cuenta
cómo La Sïbila se la entregó, confesándole quien era, mas él la
recogió como una ahijada y le ha dado una vida de humillaciones, mas
se siente arrepentido ahora que la sabe deshonrada por un hombre vil
y bajo como Abel Caín. Blanca sufre, le grita cuanto lo odia y le
exige que libere a su hija de su yugo. Luego le cuenta a Pedro lo que
ahora sabe y este sufre pues todo el tiempo tuvo a su nieta cerca
suyo y no pudo defenderla. Se presenta ante la muchacha para decirle
que puede contar con él y revela que sabe en donde está su madre,
explicándole antes las peripecias por las que la mujer atravesó. La
chica desea conocerla y el anciano la lleva ante Blanca, quien la
abraza fuertemente al conocerla. La sufrida Solita se sorprende al
saber que don Pedro es su abuelo y desahoga todo el dolor y la
frustración que ha guardado durante años.
Sin
sospechar que es espiado por Gael, Fausto cava una tumba en el monte
y luego regresa a casa para cenar con su familia. Allí Solita se
despide de los Belmonte, pues ha decidido irse a vivir al lado de su
mamá, aunque ignora quién es su padre. Fausto le pide perdón por
no haber sabido cuidar de ella y Gael decide acompañarla. Le dice
quererla como la hermana que nunca tuvo, pues de esa manera la quiso
también su difunta madre. Luego el muchacho descubre que su padre ha
decidido llevar a Abel Caín a una casa donde se encontrará mejor y
se oculta en la batea de la camioneta del progenitor, el cual solo ha
engañado al empleado, al cual entierra vivo en la tumba que cabo,
luego de que ambos se sacan sus trapos al sol. Gael se asombra al
enterarse de que su padre dio la orden de desaparecer a Camilo y que
este es el verdadero padre de Solita, la cual es consecuencia de una
violación. Escucha los gritos desgarradores del empleado. Luego
vuelve a casa y le cuenta todo a Leandro, quien se niega a creerle.
El chico, decidido a que su padre pague por la muerte de Camilo,
acude a las autoridades y les hace saber que fue Abel Caín quien
mató a Bruno. Lleva a las autoridades al lugar donde el villano fue
enterrado y al escarbar lo descubren muerto. Pronto se presentan en
la casa de los Belmonte para detener a Fausto, quien al darse cuenta
de que fue su hijo menor quien lo denunció, lo maldice. Este sin
embargo está convencido de que hizo justicia y es apoyado por Edén
aunque no por Leandro, el cual busca la manera de ayudar a su padre,
el cual no tiene escapatoria por el crimen que cometió, pues su hijo
menor lo grabó con su teléfono y presentó estas pruebas a las
autoridades.
A
pesar de sus intentos por refundir a Santos en la cárcel, Damián
falla pues en el video que Gael tomó Abel Caín confesó sus
fechorías y el inculpado ha salido libre y se reúne con su amada
Alma Teresa, a la que besa y promete que ya nada los separará. Ella
le dice sentirse mal por Leandro, al que acude para darle su apoyo
mas este la rechaza y le deja claro que no le venderá nada, pues
ahora que su padre pará el resto de su vida en una cárcel, todos
los buitres comenzarán a acercarse para hacerle ofertas. Le pide que
se marche y ella así lo hace. Luego el hombre, severo, también echa
de casa a Gael, al que asegura que un traidor como él no merece ser
un Belmonte. El chico no tiene a donde ir y se refugia en Edén y
Valentín, los cuales le ofrecen uno de los cuartos de peones de la
hacienda "El Paraíso", mientras que Rosario le ofrece una
buena cena y le asegura que todo estará bien, pues ha hecho lo
correcto. Esto molesta a Yareli, la cual cree que con la presencia
del chico Solita vivitará "El Paraíso". Intriga contra
los Belmonte y entonces la harta Rosario le pone un alto y le jura
que si insiste en ser tan negativa e intrigosa, entonces pedirá a
Alma Teresa un reemplazo, pues la joven criada incluso es floja. Esta
entonces acude a la bruja Calixta para pedirle ayuda, pero la otra no
puede hacer nada por ella, pues no tiene el dinero suficiente para
pagar por sus servicios.
Santos
acude a buscar a Solita para darle apoyo y se alegra de que la
muchacha haya encontrado a su madre y sea nieta de don Pedro, pues se
merecen el uno al otro. Les cuenta de la situación de Fausto por
haberle dado muerte a su cómplice. Esto hace que el anciano pida a
su hija que denuncie lo que ese hombre le hizo hace años mas ella
cree que él ya paga por sus faltas y que, además, mató a Abel Caín
para vengar a su hija.
Blanca
visita a Fausto en la cárcel, donde él le cuenta cómo enloqueció
por su belleza cuando la conoció y no pudo soportar que ella
prefiriera a un simple capataz como Jeremías Guerrero, sin
educación, sin principios, tal y como lo es Santos De María. La
mujer lo toma de las manos y le pregunta si él prendió fuego en "El
Paraíso" hace años, con el fin de hacer daño a ella. Fausto
llora y confiesa haber estado lleno de rabia, cegado por los celos,
por lo que al percatarse de que no iba a poder con la fuerza de
Jeremías, decidió lastimarlo a él, deshaciéndose de ella, luego
de hacerla suya por la fuerza. Blanca llora y jura al hombre que lo
perdona, despidiéndose de él para siempre.
Alma
Teresa tiene una discusión con Damián pues este insiste en volver
con ella y la besa por la fuerza. Ella lo abofetea, para luego
descubrirlo revolcándose con Amanda. Al saber que estos le vieron la
cara, los corre de la hacienda. Él asegura que todo ha sido fraguado
por la villana, quien cínica asegura que este plantó a la otra en
el altar para huir con ella. Al saber esto, Isabel pide perdón a la
sobrina pues ella buscó a Damián para hacerla reaccionar y que se
olvide de su aventura con el capataz. La sobrina le deja claro que
ella ama a Santos y que está decidida a todo por él y junto a él.
Cuando la tía le pide que decida entre ella y el hombre, entristece
ante el silencio de la mujer, pues entiende por quién se ha decidido
esta, así que decide preparar sus cosas para volver a la capital. La
sobrina sufre al verla marcharse y se consuela en los brazos de su
amado Santos, el cual le promete que juntos saldrán adelante y
pronto olvidará lo ocurrido, pues les espera mucho trabajo en su
afán por regresar a "El Paraiso" el esplendor que un día
tuvo. Por su parte Damián y Amanda discuten y esta, con tal de
vengarse de Santos y Alma Teresa, busca a Jeremías y le ofrece mucho
dinero a cambio de que asesine al capataz. Este le dice querer algo
más que dinero. La toma en sus brazos, la besa e intenta poseerla,
pero es rechazado, por lo que se niega a tener tratos con ella, que
acude a los Belmonte, mismos que se niegan a ser parte de sus
maldades, sobre todo Leandro, quien advierte a Alma Teresa de los
planes de su enemiga, la cual se decepciona todavía más sobre la
mujer, a la que en el pasado consideró una amiga. La malvada Amanda
por su parte tiene una fuerte discusión con Damián, quien se niega
a aceptarla en la pensión, donde no hay más cupo. Ella recorre
calles y caminos, con sus maletas, en medio de la noche. Llega al
monte y accidentalmente muere al caer en el nido de serpientes de
Calixta, pues es mordida.
MESES
DESPUÉS: Todos en "El Paraíso" trabajan arduamente,
logrando que vuelva a ser la imponente hacienda del pasado. Allí
trabajan ahora Blanca y Solita, quien recupera la confianza y, para
mal de Yareli, acepta ser novia de Valentín, al que acompaña a
dejar flores a la tumba de su padre, al que ha aprendido a aceptar
aunque este siempre le haya causado daño, mientras que la despechada
sirvienta junta todos sus ahorros y paga a la bruja Calixta para que
la ayude. Esta hace un ritual y le entrega un brebaje que debe dar a
tomar a su rival, para matarla. La audaz sirvienta lo intenta,
fingiendo querer hacer las paces con Solita, quien no logra tomar lo
que la otra le da y hay una confusión, por lo que la bebida vuelve a
la cocina, donde Rosario sirve a los empleados y sin querer pone el
brebaje en otro vaso que pone en la mesa y que la misma Yareli
ingiere. Mientras duerme, se siente mal y tiene un ataque de
ansiedad. Corre por todos lados, pidiendo ayuda, sin que nadie pueda
hacer algo por ella, hasta morir delante de todos los empleados de la
hacienda, los cuales no pueden creer lo que han visto. Aparece La
Síbila, quien al tocarla los entera de que la chica ha sido víctima
de un hechizo y luego de esto acude a enfrentar a Calixta. Ambas usan
sus poderes para atacarse la una a la otra y es con Luz y a Amor que
La Síbila sale victoriosa, despojando de todo poder a la bruja
negra, quien debilitada, no tiene más remedio que recorrer las
calles del pueblo, pidiendo limosna, siendo la burla de los
habitantes, mismos que le impiden la entrada a la iglesia, donde el
padre Cipriano se apiada de ella y le da agua y comida que la bruja,
insolente, no agradece.
Leandro
se ha hundido en depresión y ha descuidado la refinadora. Se exalta
cuando Silverio le dice que están en números rojos y que desde que
su padre está en la cárcel y Abel Caín muerto, no hay quien se
haga cargo de las ventas ni se arregle con clientes. Al nuevo patrón
esto le importa poco y se siente más solo que nunca. Recibe la
visita de Santos, quien por los viejos tiempos y la gratitud que le
tiene a su familia, desea ayudarlo, pero el otro no lo permite y le
confiesa cuanto lo ha odiado desde que eran niños. Lo echa y le
asegura que nunca regresará a Alma Teresa lo que un día fue de su
familia. Luego de esto, Silverio presenta su renuncia, pues no hay
dinero ni para su salario. Al saber esto, Alma Teresa le propone que
se haga cargo de la administración de su hacienda y le promete que
cuando ella compre la refinadora, le devolverá su puesto. Él sin
embargo rechaza esta oferta.
Manuela
y Paloma se hacen la vida imposible, pues pasan por penurias en la
capital del país. Pronto el destino les juega una jugarreta más
pues presumen ser gente de alcurnia de la provincia y conocen a
Damián, quien aparenta pertenecer a la élite de la gran ciudad. Los
tres se engañan y él comienza una relación con Manuela, con la que
decide casarse para entonces descubrir que han caído en su propia
trampa.
Mayuya
muere luego de dar a luz a un niño al que se le hacen los estudios
de paternidad, demostrándose así que Santos no es el padre de la
criatura, de la que decide hacerse cargo Chepa, quien ante la
situación y pena de su familia pide a Silverio que se vayan lejos,
pues no quiere permanecer más en Puerto Esperanza. Abuela y nieto
entierran a la difunta, llenos de dolor, mas resignados a que esta se
buscó su final, e inmediatamente acuden a despedirse del padre
Cipriano, el cual lamenta su partida y lesa da su bendición.
Jeremías
se encuentra enfermo y Orlena cuida de él, que descubre que la mujer
ha sido la causante de su estado pues lo ha estado envenenando con el
fin de matarlo. Y es que la mujer solo piensa en sus días de pasión
con Silverio, al que decide buscar, enterándose de que este ya no
vive en Puerto Esperanza, así como de la ruina de la refinería y
la azucarera. Se pone al día de todo lo acontecido y se lo cuenta a
Jeremías, el cual al saber que Blanca apareció y que tiene una
hija, se da fuerza para ir a buscarla. La ambiciosa Orlena cree que
la hija de esa mujer es hija de su hombre e intenta impedir que este
acuda al lado de su amada, pero él es hábil y le da una sobredosis
de todo lo que ella le ha estado dando durante meses. La mujer sufre
una sobredosis y muere, por lo que el hombre acude a Blanca, ante la
que se presenta para pedirle perdón. Le asegura que su alma está en
paz ahora que sabe en la ruina al hombre que los separó y les
destruyó la vida. La besa y se despide de ella para siempre, pues al
volver a casa también consume una sobredosis y muere al lado del
cadáver de Orlena, no sin antes haber dejado un video en el que
nombra a Blanca heredera de todos sus bienes.
Leandro
se encuentra completamente solo y al visitar a Fausto en la cárcel
le cuenta que los empleados les han dado la espalda y la refinería
se encuentra vacía, sin quien la trabaje. El progenitor le hace
jurar que nunca venderá y que preferirá la ruina antes de perder el
patrimonio por el que él tanto luchó, pero el hijo no tiene el
valor ni la fuerza para seguir, por lo que su padre lo desprecia y le
dice cuanto se arrepiente de no haber reconocido a Santos cuando lo
engendró, pues este también es su bastardo. El deprimido Leandro no
puede más con tantos secretos y se pega un tiro con una escopeta, en
una de sus borracheras. Hecho esto, es Gael quien toma la batuta y es
apoyado por Santos y don Pedro, el cual decide quedarse como
administrador y apoyar al muchacho, a quien su padre no desea ver
pero le entrega un poder notarial para que haga lo que mejor le
parezca, luego de que Cipriano habla con el preso y lo convence de
que su soberbia puede hacerlo perder a otro hijo. Sin embargo a Gael
jamás le gustó la refinería y prefiere manejar la azucarera que
siempre perteneció a su familia, apoyado por Edén, con quien ha
comenzado un noviazgo y viven juntos, así que vende a Blanca lo que
desde siempre perteneció a la familia materna de María Teresa,
quien asegura que será un honor que dos mujeres estén al mando de
lo que da trabajo y comida a los habitantes de Puerto Esperanza.
Don
Pedro, que conoce las vidas de todos en el pueblo, cree que es
momento de que Santos sepa la verdad de su origen y se lo cuenta a
Alma Teresa, la cual cree que es mejor que el capataz no se entere
que es un Belmonte.
Con
el tiempo todo vuelve a a ser dicha y felicidad para todos, y en su
oráculo La Sibila ve un buen augurio para la gente de Puerto Esperanza, lo cual
esparce por todas las calles, siendo todavía causa de risa entre
muchos, menos para aquellos quienes formaron parte de sus profecías,
protegida siempre por Diosamada, que renueva y moderniza el burdel con el fin de dar algo mejor a los clientes.
Fausto sufre en la cárcel, donde el padre Cipriano le aconseja que se redima y comience a hacer las cosas bien y reconozca a Santos como su hijo. El severo hombre sin embargo asegura que ningún bastardo poseerá aquello por lo que él tanto trabajó, así que este nunca se enterará de la verdad. Enfurece cuando el cura le asegura que, de cualqueir manera, ese hombre al que tanto se ha negado a aceptar como su hijo, está a cargo ahora de la procesadora y es apoyado por Gael, quien lo quiere como lo que es: Su hermano.
Isabel vuelve al "Paraíso" y decide aceptar la relación entre Alma Teresa y Santos, por lo que pide perdón a la sobrina por no haberla comprendido antes. Esta le dice estar profundamente enamorada del hombre, y que juntos harán crecer no solo la hacienda y la refinería, sino que también a todo Puerto Esperanza.
Blanca es la mujer más feliz y por ello acude con Solita a dar gracias a la iglesia, pues está profundamente agradecida por haber podido recuperar la razón, su vida, a su hija y a su familia. Pedro las apoya y luego se asombra cuando en la refinería Edén, lleno de felicidad, le pide que acuda a hablar con Gael, el cual asegura al viejo que de ahora en adelante tendrá su oficina y el sueldo que siempre debió tener, pues ha sido maestro y guía para todos quienes le conocen. Pedro llora de felicidad cuando todos los empleados le sorprenden con un fuerte aplauso y celebran en su honor.
Santos
pide a Alma Teresa que se convierta en su esposa y ella acepta, por
lo que cada uno, a bordo de un caballo, se dan un fuerte beso y
recorren las calles de Puerto Esperanza, así como los caña Amanda
les pertenecientes a la hacienda en el que un incendio cambió el
destino de sus habitantes. un incendio que desató todas las
pasiones, traiciones, alegrías y dolor, y que comenzó al prenderse
Fuego en el Paraíso.